El peso de mil vacíos
En el cielo, el algodón está
tomando forma, la luna aun está escondida, el café le hizo juego a la maravilla
de brisa, la fuerza de mis ganas hacen estéticos sus ojos y le dan un poco de
textura a la maravilla de beso que cada vez mejora con el tiempo y el viento,
así el viento, hace maravillas con el poco movimiento de las espesas nubes. En
infinitos viajan al punto más alto del cielo, ese donde lo más estupendo sea
parte de un Dios, y de ésta manera, hacer con mis instintos lo que la tierra le
provoque, como mover un yunque hacia el propio abismo, levantar un árbol y
plantarlo en el centro de la tierra, amarrarle a mi vida, besar el sol con cada
roce de su espalda y mis dedos, porque es simplemente eso, cargar el peso de mil
vacíos; las quimeras destruyendo todo a su paso.
La nota mayor que llega a lo más
profundo de mi alma es exacta en cada superposición de mi piel, esa que con
cada suspiro mis oídos hacen señales y mis ojos sólo pueden cerrarse. El
destello que hace la tierra cuando el sol le besa la frente, un crepúsculo y
una taza de café, un beso y un después.
Dormir abrazado a un vacío,
despertar cargando su peso y vivir repitiendo escenas, eso es un masoquismo
propio, muy crítico y a punto de sal; Sensaciones donde mis huellas dactilares
están en todo su cuerpo, donde mis miradas por toda su presencia y perfecta, mi
bella naturaleza.
Criatura de algodón y hermoso
color, maravillosa ternura de azúcar y limón, de esa manera el peso de mil
vacíos se hace menos vacío y más llevadero porque recuerdo el olor del
invierno, a hielo, perfectamente ello para sólo recordar, mis primaveras de
cristal y mis otoños de papel; en mi vida no hay espacio si no le llenas, si
la maravillosa naturaleza no me hace suyo con todas sus increíbles actitudes a
la hora de comerse la tierra con una luna de queso y un sol calentándome los
sueños.
Es propicio advertir que no cualquier espalda soporta el peso de mil vacíos, no es que la mía soporte más que ninguna, es que no es fácil darse cuenta de que el vacío peso tanto, tanto como un uniforme militar o una banda presidencial, es así, no hay forma de pesarle, a cada quien le hace hoyos en la espalda cada vez que se equivoca, un paso en falso, y el vacío se hace más profundo y por ende más pesado, los vacíos se llenan con silencio, lo cual le quita un poco de peso pero no los aligera tanto, simplemente se le hace más llevadero a la espalda que lo soporta.
No me atrevo a criticar el tiempo que dure cada ser en ser el que lo lleve, menos en criticar quien quiso ser ese ser, ahora, entiendo que no es fácil cargarles pero a veces es obligado y necesario, he allí el peso más vacío. es decir, el vacío más pesado.
Les dejo para que reflexionen y se pregunten:
¿Qué vacío traigo acuestas?
¿Elegí yo el peso de tal vacío?
¿Cómo puedo llenarlo?
"El vacío se llena con silencio"
Onesimo Muñoz
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