martes, 28 de junio de 2016

Al fondo del abismo:


Caí, estuve revolcándome en el lodo del abismo; me llené de miedo, me levanté y seguí.

Descubrí que en el fondo del abismo se encontraba la respuesta a lo que me empujaba y que antes de encontrarla tenía que pelear por ella. La única forma de salir del abismo en el que había caído era intentando pelear por esa respuesta.

Busqué en cada absurdo que recordaba, levanté cada piedra en el camino, tropecé con ellas. Encontré figuras hetéreas y duendes asesinos que hablaban con mentiras.

Inverné en la cueva del lamento, bostecé antes de respirar, aullé como un lobo a la luz de La Luna y me dediqué y cantar. Tomé amantes de sangre, me volví vampiro. Olvidé las metáforas y herramientas para ser feliz. Estuve a punto de volverme loco y logré estar casi cuerdo, me enfermé y curé.

Me obligué a tomar agua del río y bañarme en la cascada, estaba helada, casi no podía respirar, volví a bostezar. Navegué entre los mares y volé hasta llegar a donde estoy. Pasé varias otras cosas más pero las olvidé, nunca dejé de ser Yo.

Le gané la pelea al abismo y encontré la respuesta. Pude subir el risco y de nuevo caminar normalmente. me encontré con actores famosos y melenas rubias de ojos azules, dividí mi tiempo y luego, no era lo suficientemente feliz para seguir, quise abandonar y lo hice pero me arrepentí y lo remedié. Otra vez, seguía siendo Yo.

Aún sigo batiéndome entre el cielo y el abismo, no puedo huir a esa sonrisa que a mi cabeza vuelve loca, no me deja escapatoria y me hace suspirar. 

De vez en cuando caigo pero me vuelvo a levantar, he tropezado tantas veces que se como caer, de pie para la vergüenza, sentado para la esperanza, boca arriba para la cama y de rodillas para tu mirada.

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